La llamada telefónica verdaderamente pública que recibió Francisco en la Audiencia General del 11 de agosto fue del arzobispo Edgar Peña Parra, el sustituto de la Secretaría de Estado, según supo Francesco Antonio Grana, del sitio web IlFattoQuotidiano.it.
Peña sucedió a Becciu como suplente del cardenal Parolin y es en esencia el jefe de gabinete. Tiene un historial de acusaciones de ser homosexual.
Después de bendecir a la gente, Francisco no se metió entre la multitud, como es habitual, sino que habló con un ayudante mientras se dirigía enérgicamente hacia una puerta de salida cerrada en el escenario. Tanto el asistente como Francisco indicaron a los participantes que debían esperar. Al cabo de unos minutos, regresó y completó la audiencia estrechando las manos.
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